martes, 17 de noviembre de 2009

- ¿Sí?, ¿Dígame?

- Hola Marta, chata, soy yo, Lydia... ¿Tienes algún plan para esta tarde?

- Hola guapa... ¡Cuanto tiempo!, pues no, no tenía previsto nada.

-¿Me acompañarías a comprar algo de lencería?

- ¿De lencería?, ¿Otra vez?, ¿No me digas que te vas a comprar más braguitas?

- Pues sí...

- Vaya manía la tuya con las bragas...

- Jeje...

- Pero Lydia, hija, ¿Qué coño haces con ellas?

- ¡Ay, si te contara...!

- Huy, eso suena a que hay lío de por medio, ¿Eh?, ¿Que ha pasado? Venga cuenta, cuenta, guapita.

- Es que es muy fuerte, Marta, de verdad. Ya te lo contaré otro día, con más tiempo.

- De eso nada. No me puedes dejar así.

- Es que es un poco lío...

- Oye, ¿Me lo cuentas o qué?

- Pues es una tontería, Marta...

- Entonces... ¡cuenta!

- Verás... las he ido regalando... o digamos, esto... ¿cómo explicarte?... perdiendo.

- ¿Perdiendo las bragas?, ¿Pero qué dices, tía?

- Lo que oyes...

- Pero ¿cómo? A ver, ¡explícate! No me vaciles, anda.

- Que sí, que eso, que he perdido más de 10. Ha sido de la manera más extraña.

- ¿Has perdido más de 10 bragas?

- Sí, pero no solo perdido... es que... no, no puedes imaginártelo.

- No, claro que no me lo imagino, me tienes intrigada.... pero soy toda oídos.

- Me da apuro contártelo, Marta. Solo de pensarlo es que me tiemblan las piernas.

- Lydia, por favor, no me vengas ahora con eso. Somos amigas. Cuéntamelo o no te dirijo la palabra nunca más.

- Pero si es una chiquillada.

- Razón de más. ¡Venga!

- Verás: recibí una llamada al móvil un buen día y se oyó la voz de un hombre, así como muy varonil, muy grave.

- ¿Ah, sí? Mmmm, suena interesante...

- Sí, pero me decía algo muy fuerte.

- Vaya, que intrigante.

- Pero cuando te digo fuerte... es ¡muy fuerte!

- ¡Ufff, madre!

- Decía literalmente: "Me apetece comerte el coño hasta que te corras en mi boca y después follarte bien follada... mmmm"

- ¡Coño!, ¿En serio? ¡Venga ya!

- Te lo juro.

- Me dejas flipada, ¿Así sin más?

- Era una voz atrapante, totalmente desconocida, pero que lo dijo de una manera...

- ¿Y que hiciste?

- No sé, pensé que o bien se había confundido o era una broma de algún amigo, le pregunté quién era... sé que tenía que haberle colgado desde el primer momento, pero entre la intriga, esa voz y todas las cosas que me repetía...

- Pero ¿Aun te decía más cosas?

- De todo. Algo así como: "No me conoces putita, pero estoy seguro que te gustaría ver este pollón que tengo para tí... estoy seguro que desearías comértelo, un rabo enorme para ti sola, zorra..."

- Y fue cuando le llamaste "cerdo" y le colgaste, claro.

- Pues no, no podía, Marta. Había algo que me lo impedía. No sé el qué, pero no podía dejar de escucharle.

- ¡Lydia... no me lo puedo creer!

- Era superior a mis fuerzas, no era capaz de reaccionar... esa voz tan sensual y salvaje a la vez, esas palabras me estaban poniendo cachondísima. No te haces idea. Era incapaz de colgarle.

- Pero, ¿Donde estabas tú?

- Iba en el autobús...

- ¡Joder, tía, qué fuerte!

- Y el otro me repetía una y otra vez: "Debes tener un coño apetitoso, muy jugosito, ahora estará mojado. Imagina como le estoy dando unas cuantas chupadas con mi lengua caliente, mmmm... debe estar delicioso ese chochito, ¿A que sí golfilla? dime ¿lo tienes mojado ahora?"

- Entonces fue cuando le mandaste directamente a la mierda... ¿No?

- No Marta, le dije con voz baja: "Sí, estoy muy mojada"

- ¡Dios, qué pasada!

- Y él me repetía "Guauuuu, zorrita, que voz de puta que tienes, me encanta oírte, me la estás poniendo durísima a más no poder. Estoy viendo esa boquita de puta comiéndome la polla hasta los huevos, cómo se te cuela hasta la garganta y se te caen las lágrimas, tomas aire y te la vuelves a tragar, como una buena golfa que eres."

- Me estás vacilando, tía. No puede ser. No comprendo como no le colgaste. ¡Que bestia de tío!

- Te lo juro Marta, por más que lo intentaba, no podía. Sé que es una locura, pero el caso es que cuanto más fuertes eran sus palabras, más me gustaba y más me excitaba. ¿Te lo puedes creer?

- Si me pinchas, no sangro, Lydia.

- Luego me repetía "Te voy a taladrar ese chocho jugoso, verás como mi polla te abarca entera y te follo hasta ponerte los ojos en blanco, ¿No te gustaría eso, guarrilla mía?"

- Y ¿tú? ¿qué decías?

- Contestaba: "Si...me encantaría".

- Pero ¿Te estás oyendo? ¡Estás loca!, ¿La gente a tu alrededor qué hacía?

- No parecían darse cuenta de nada. Yo hablaba bajito, pero es que además eso me excitaba más, no sé, su voz, esas salvajadas, el verme rodeada de gente en el autobús, el morbo de ser descubierta... Dios, Marta... era tremendo... algo alucinante pero que me ponía cada vez más cachonda.

- Pero ¿Cómo eras capaz de seguírle el juego de esa manera a semejante cerdo?

- No sé, me sentía muy excitada... era todo demasiado para mi, no sé, aquel desconocido diciéndome aquellas cosas, todo me tenía hipnotizada...

- Pero ¿Así de repente, consiguió excitarte?

- Pues sí, de una manera facilísima... sus palabras dichas al otro lado del teléfono eran fuego... una voz que era un susurro con palabras que eran cada vez más fuertes y cuanto más guarras eran, más cachonda me ponía yo. Era algo inaudito. Él insistía: "Cuando ponga este rabo gigante a la entrada de esa rajita que tienes tan apretada, ¿Qué me vas a rogar, zorra? ¿Qué me vas a suplicar?, ¡vamos, dime puta...!"

- ¿Le contestabas, Lydia? ¿En serio? No, ¿verdad? Dime que no...

- Sí... pegaba los labios al teléfono y le decía casi susurrando: "Quiero que me folles, por favor"

- Estoy alucinando, tía. Me estás tomando el pelo a base de bien. ¿Como eras capaz de seguirle el juego de esa manera a semejante cabrón?

- Te lo juro, Marta. Es como te lo cuento, Pero si es que ni yo misma me lo acabo de creer. Me dejó al borde del orgasmo, estuve todo el día calentísima.

- Pero al final, ¿Qué pasó?

- Pues al final... eso, que ha ocurrido nada menos que unas diez veces. En cada ocasión quiere que le regale mis braguitas después de haber estado excitándome con sus palabras. Siempre acaba diciendo "Quiero tus braguitas. ¡Ahora!", cuando sabe que me he mojado a base de bien e incluso alguna vez he llegado a correrme con sus sucias y calientes frases.

- ¿Te has corrido?

- Sí, una vez en la fila de la caja del banco. Me dijo que estaba detrás de mi y que imaginara como me follaba... Me dejé llevar y vaya si me imaginé la escena... tuve que cerrar los ojos y reprimir un orgasmo en medio de aquella oficina bancaria...

- Pero... ¿Qué decía el muy puerco?

- De todo. Que me estaba acariciando entre los muslos, que su lengua jugaba entre mis glúteos, que sus manos apretaban mis pezones, que su polla estaba dura y lista para penetrarme...

- ¡Lydia, pero que salvajada!

- Sí, lo sé, pero la cosa seguía y seguía, mi corazón palpitaba a 1000 por hora, mis músculos se tensaban, todo mi cuerpo se empapaba de sudor y ese hombre no dejaba de calentarme sin parar...

- ¡Increíble!

- No te haces idea...

- No, no me la hago. Todavía estoy alucinando, tía.

- Ese desconocido me ha puesto a mil, es un cerdo, lo sé, lo reconozco, pero es que me supera... ¿cómo le voy a negar mis braguitas?

- Y ¿Tú se las has dado, así, sin más?, ¿Pero cómo lo has hecho?

-Claro, ¡cómo para no! Creo que nadie me ha puesto nunca tan cachonda, con solo oír su voz. Además, me repetía que si no se las entregaba, no me volvería a hablar y compréndelo... no podía dejar pasar esa oportunidad. Nada más colgar, estaba loca por volver a recibir su llamada.

- Flipo contigo, tía. Eres una cerda con pintas... más todavía que él.

- Marta, tenías que ver como llegaba a ponerme con ese tío, me subía por las paredes, sus palabras, me hacía ver la escena de estar follando con él. La detallaba tan minuciosamente que soñaba con ese momento. Creo que me he acostumbrado tanto a sus llamadas que no puedo pasar sin ellas. ¿A que solo de pensarlo tú también te estás poniendo a cien?

- Pero ¿Qué dices?... ¿Yo?, Venga.... cuéntame como le entregabas las bragas, anda.

- Te veo muy interesada... jeje... Pues me decía que se las dejara en algún sitio concreto; unas veces en un ascensor de un portal, otras en algún baño público, bajo el asiento de un taxi, en un buzón, en un banco del parque... en fin, sitios donde él las recuperaría después y a la siguiente llamada me comentaba que se pajeaba con ellas, que sentía mi aroma impregnado y que le encantaba mi olor a perra.

- ¡Joder que bestia! Y... ¿Nunca le viste recogerlas?

- No, nunca. No sé ni como es. Me ha dicho que ni intente seguirlo. El caso es que me tiene loca y estoy esperando que hoy me vuelva a llamar y me cuente qué hizo con el tanga que recogió ayer. Es un cerdo... y me pone a mil el muy cabrón. No lo puedo remediar.

- ¿Hoy también te llamará? ¿A que hora lo suele hacer?

- A cualquier hora. Tengo unas braguitas preciosas para él... ¿No te gustaría oírlo...?, ¿A que sí, Martita?

- ¿Qué dices, tía? ¡Estás chalada!

- Venga Marta, te noto caliente también. Le podría dar tu teléfono, si quieres. Seguro que le darías tus bragas, igual que yo.

- Estás definitivamente loca, Lydia, de verdad.

- Vale, vale, era solo una idea, yo solo quería invitarte a una sesión de sexo telefónico de lo más fuerte. El tío es genial, no veas que manera de calentarte... Tiene una voz atrapante... sugerente, y dice unas cosas... venga, anímate, tan solo le doy tu número de móvil, y luego decides. Total, no sabe quién eres.

- ¿En serio me lo dices?

- Claro, mujer.

- Y... ¿Crees que me llamaría?

- Mírala... la que no quería, la que dice que estoy loca... jajaja.

- No, es solo curiosidad, hija. Me has dejado intrigada.

- Ya...ya...

- Es que todavía estoy alucinando. No me lo acabo de creer.

- ¡Ostras!, Marta, te tengo que dejar. Me ha entrado una llamada, debe ser él. Dios, ya estoy mojándome con solo pensarlo. Joder, como me pone este tío...

- ¡Oye Lydia!

- ¿Qué?

- No te olvides de darle mi móvil...

- Jajaja... No, no te preocupes, ¡Besitos guapa!

- No te olvides... Lydia, por Dios... que soy tu mejor amiga.



Lydia
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44 comentarios:

Chica Mala dijo...

Qué bueno, me lo he pasado de miedo con este relato...jajaja

Es que el sexo por teléfono no sé que tiene pero ufff. Y la amiga...muerta de envidia, anda que no!!!

Que arte tienes reina, me ha encantao!!

Un besazo

Anónimo dijo...

me encanta, cuando una mujer echa abajo el disfraz de contención y se da del todo, eso me gusta

mar dijo...

una historia que atrapa...
puedes darle mi móvil también... por probar que no quede...
jejeje...

un abrazo!

Soie dijo...

Vaya ya estoy viendo que va a haber fila.

Pero yo te lo cambio por el de mi vecino bombero y luego contrastamos opiniones.

Besoss

WHO dijo...

Eso son amigas, sí señor.
Me ha encantado el relato por lo que tiene de transgresor y locura entre los tres actores del mismo.
Un beso, Who.

Belén dijo...

Le diste el móvil a tu amiga?

No seas mala...;)

Besicos

Juan dijo...

Jajaja, buenisimo, creo que mas de una te va a pedir el telefono creo yo. Un besazo telefonico claro.

Pablete dijo...

Lydia cielo, todavía no me has pasado el teléfono de Marta.....espero que lo hagas pronto para ponerla tan caliente como a ti....

Me ha gustado mucho este relato tuyo.....

Besos lujuriosos....

dos y dos dijo...

Buenisimo el relato, hasta yo me he calentado, jaja.
El sexo telefonico es de lo mas morboso... y si luego hay bragas mojadas como prueba eso si que es excitante.
Uff...
Un beso.

Te susurraré... dijo...

Perfecto relato. Me he reído y a la vez he fantaseado con que me llamaran a mí también.

Esas llamadas compensan el gasto en ropa interior.

Besos.

CalidaSirena dijo...

Querida Lydia, no me extraña que con sólo escuchar la llamada ya te excitase...
Te voy a enviar mi número de móvil también, jajajaja..
Una pasada..
Besos muy cálidos

El Company de Venus dijo...

Diablos, qué bueno: magistral. Pobre amiga, que pasa de escéptica a deseosa. Si és que una voz por teléfono, aunque utilice ese tono y esa actitud, puede hacer volar.

La brisa de la noche dijo...

Es curioso a mi me llama una para que le ponga así...debe ser su mujer.

Miguelo dijo...

jajajajajajajaja lo q ya no se es si preguntar si es verdad o ficcion

© Capri dijo...



...si te digo que te entiendo , creo que es sufi jajaja

besos

Anónimo dijo...

es que compartir es amar ... pura generosidad

Anónimo dijo...

Hola Lydia,
Muy bueno. Atrapa desde el primer momento. Dime el teléfono y yo te llamaré.
Compra más braguitas, porfi
Me voy caliente
Un saludo

El Octavo Pasajero dijo...

jajaja ... que exitazo de entrada niña. Nos tienes a todos ansiosos/as de tus historias. Muy divertido. felicidades. Besos ... ¿o eran mordiscos?

Ceci Bravo dijo...

Una voz sensual, un buen guión y mucha imaginacion.. todo lo necesario para un buen sexo.
Excelente relato

rosspark dijo...

me ha gustado mucho: es gracioso, excitante y engancha! me gusta ese toque transgresor. Un beso muy fuerte

Nikita dijo...

ja ja ja que bien lo has contado.
Que morbo.
Te puedo pasar mi teléfono???
mmmm lo que puede hacer una voz...
Besazo

EMBRUJADA dijo...

Es tuyo?....me ha encantado..


Felìz fin de semana corazòn...

Dulcemente Embrujada.

Clip dijo...

Que buena eres Lidia, el ritmo del relato atrapante, la intriga genial y tu amiga ex-puritana de lo mejor.

¿Cuando quieres que te devuelva las braguitas?

Besos ahi.

Anónimo dijo...

Muy buen texto. Muy original.

Besos!

Andywriter dijo...

El palcer de lo desconocido, elpalcer de sentirse deseada, el placer de porvocar en el otro, mmuchos placeres como para contenerse y no disfrutar ..

Anónimo dijo...

las bragas... la línea de meta..

Diego dijo...

Es muy divertido, me sabe un poco a Almodovar.

Yedra dijo...

Jajajaja, buenísimo Lydia, lo que me he reído, porque yo también tengo una Marta en mi vida que el otro día le dije que voy a abrir su mente cueste lo que cueste, y cada vez me llama cerda con menos intensidad, jajaja
Un besazo, te dejo que vayas de compras!

esplendor en la hierba dijo...

Mmmm. pues hay quien sí recoge objetos así.

Mónica dijo...

Muy morboso...
Creo que al final todas caeríamos...
Yo te digo que seguro.

Besos

suicida dijo...

Buena historia, si señora!!
Me ha encantado caer en tu rincón.

Besos

Mary dijo...

Qué bueno, me ha encantado. La verdad, Lydia, es que tiene su morbo.
Ah, y tu amiga ... estaba deseando.

Amante del mar dijo...

Un delirio de placer tu relato...oir las palabras más calientes de un hombre que te despierta los instintos más salvajes es estallar de deseo y lujuria por tenerlo muy adentro penetrandote...hay que ser muy hembra para dejarte llevar y encandilarlo con el aroma de la primera prenda que le obsequias y dejarlo con las ganas de mil veces más...

Eco dijo...

jjajajajajaja Lidia no me des tantos números de m´vil k al final me kedo sin saldo¡¡¡¡

Amor Secreto dijo...

Una muestra mas de lo que las palabras, el lenguaje, el sexo "oral" es capaz de provocar en el ser humano...
No se necesita el fisico, la belleza, la imagen, para provocar, seducir y arrancar orgasmos a una persona mas que el decir las cosas de la forma exacta para llegar a la libido de esta y ponerla a mil simplemente haciendo saber el deseo por la otra...
Queda totalmente en claro que con solo palabras y sensualidad se puede convertir a una dama en una autentica hembra.

susana moo dijo...

Muy divertido, y bien logrado el diálogo.
besos

Anónimo dijo...

Lydia:

pero al final, ¿¿hicistes tu trabajo y mojastes tus bragas y se las distes al chico del telefono como premio??

¿¿o solo fue en tu imaginacion??

besos,

teresa

P.D tu relato me ha hecho mojarlas y estoy pensando en llamar a ese chico para regalarselas de premio, mojadas para el

Una mujer dijo...

¿Llego a tiempo? Por favor, por favor, dale mi móvil tambien ¿si? Tengo listas una docena de bragas.
Un relato divertidísimo, me lo he pasado en grande.
Mil besos de profundidad.

Nostromo dijo...

Me encantan tus relatos pero lo que más me gustan son las situaciones que planteas. Son al mismo tiempo tan imaginativas y tan llenas de fantasía y tan cercanas y posibles en la vida de cualquiera que esto las hace especialmente excitantes.

Desde el Alba dijo...

Una historia magnifica!
Un saludo enorme!
feliz año nuevo!

MaleFromGuate dijo...

¡Por Dios! Yo quisiera tener una voz tan profunda, convincente y poderosa como la de ese "cerdo". Mira que soltarse así, con tantas guarradas, sin que a uno lo manden al carajo ha de ser liberador.

Me he divertido en grande con este genial relato que se lee de una sola pasada. Me imaginé muy jocosas las expresiones que de seguro hizo la pobre Marta conforme Lydia le fue detallando el contenido de las llamadas.

Deliciosos y excitantes diálogos, Lydia, una maravilla.
¡Enhorabuena!

Unknown dijo...

619 ... ...
Jejejeje...
Muy buen relato.

Unknown dijo...

wow! QUE BUEN RELATO!

he estado escribiendo un realto similar por partes, pero prometo no acercarme a esta trama, subí ya las primeras partes al blog, pero han pasado 2 meses y no he seguido, y ahora me topo con este relato.. mmm.. me gustó.

felicitaciones Lydia

Besitos,


SEX0

aainara dijo...

hola. el relato es genial... pero yo me siento identificada con el plenamente. os explico hace ya nada menos que 4 años conoci a alguen en un chatt. y desde entonces tengo con el una relacion plena salvaje y caliente.. que conste que ni el ni yo somos ya niños. pero me hace sentir como una adolescente y a el le ocurre los mismo. no nos conocemos personalmente vivimos muy lejos... pero cada vez que me habla es muy a menudo disfrutamos mucho. los dos os aseguro que me have vibrar con su voz con sus palabras ya el le ocurre lo mismo. me ha dado un motivo para volver a vivir a disfrutar del sexo aunque sea por tf. desde aqui le digo--- te amo girones erss lo mejor que la vida me ha regalado amor mio

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