domingo, 27 de septiembre de 2009

Esto es un relato compartido entre Ana y Lydia


Despiertas. No ves nada. Intentas moverte. No puedes.

• ¿Qué cojones…?- piensas.

Lo notas. Estas atado al cabecero de una cama completamente a oscuras… Te preguntas como has llegado a esta situación. No sabes dónde estás… no recuerdas nada.

Mi voz parece sorprenderte:

• ¿Ya estas despierto?


Se enciende la luz. A pesar de quedar algo cegado, puedes verme al fin. Estoy desnuda… únicamente con mis zapatos de tacón. Desnuda exclusivamente para ti. Una rodilla ligeramente flexionada. Apoyada en el marco de la puerta. Arqueo mi espalda para que admires mi perfil y mis tetas desafiantes.

• ¿Quién eres?- te preguntas alarmado y confuso.
• No importa, estás a mi merced. –respondo jugando a estimular mis pezones con un pequeño consolador plateado.

Pareces alucinar con mi mirada lasciva. No sabes qué pensar. Sonrío cuando veo que tu polla se va dilatando por momentos. Me gusta ejercer ese poder sobre ti. Avanzo hacia tu cuerpo maniatado contoneando mis hermosas caderas hasta el borde de la cama. Giro sobre mí misma, con lentitud, quiero que me observes con detenimiento. Como me pone ese momento, de mostrarme desnuda para ti y verte poderosamente excitado. Tu polla, se ha levantado como un resorte al sentirme tan de cerca. Bien… muy bien… es lo que quería.

Ahora empieza el juego de verdad. Me subo a la cama y arrodillada entre tus piernas acerco mi boca a tu miembro. Sientes el calor de mi aliento sobre tus muslos. Un par de besos en la puntita, hacen que tu verga salte danzarina. Esa imagen me vuelve loca. Sientes el calor de mi lengua recorriendo el tronco lentamente hasta el extremo.

• ¿Qué haces? ¿Qué quieres? – vuelves a preguntar, intentando poner cordura, pero sin obtener respuesta.

Te miro fijamente a los ojos sin dejar de lamerte ese miembro firme. Sigues confuso, pero terriblemente excitado, lo noto en el palpitar de tu glande.

Avanzo como una gatita en celo por toda la cama, rozando con mis pechos todo tu cuerpo, hasta que uno de mis pezones queda a pocos milímetros de tu boca. Dudas por un instante, pero sé que no te vas a poder resistir y lanzas tu lengua notando el sabor de mi pecho desnudo.

Mi sexo roza el tuyo por un momento y ese contacto nos ha hecho suspirar… Continúo avanzando hasta situar mis rodillas a los lados de tu cuello. Te toca satisfacerme. En esta posición observas que estoy completamente depilada. No puedes evitar sonreír. Sabía que te gustaría. Casi ningún hombre se resiste a un chochito limpio de vello. Me incorporo lentamente y girándome sobre ti, me coloco al revés. El ofrecimiento de mi sexo desde esta nueva posición, es algo que tampoco vas a poder desechar… estoy convencida. Con un movimiento de mis caderas me acerco más a tu boca. Comienzas a lamer mis ingles… después mis labios. Tu lengua juguetea con ellos, se mete entre sus pliegues. Cada roce en el clítoris aumenta mi placer. Es lo que quería de ti. No me defraudes.

Agarro tu miembro que está caliente y duro, como no podía ser de otra forma… Te sorprendes al notar que está ahora completamente metido en mi boca. Tu gemido prolongado da muestras de esa excitación, que ahora te hace devolver sobre mi sexo la misma entrega.

Sientes un placer inconmensurable. Tanto como el que siento yo. Sigue así. Estas recibiendo la mamada de tu vida, sé que te cuesta concentrarte. En un momento, notas que mi respiración se está agitando más de lo normal. No puedes parar… No puedo parar. Aceleras el ritmo…. y yo también. Tu polla está empezando a palpitar, te vas a correr… lo noto. La saco rápidamente de mi boca y me separo de ti. Me levanto y abandono la cama en la que te encuentras atado. Paseo por tu alrededor, con movimientos obscenos. Me miras sorprendido de nuevo.

• Aun no ha llegado el momento. – digo respondiendo a tus inquietudes.
• ¿Por qué dem…?- pongo un dedo en tu boca.
• Ssssssh

Vuelvo a subirme a la cama, a tus pies. Me arrodillo y me acerco a ti otra vez con mi caminar felino. Separo las piernas. Mi sexo palpita al igual que tu miembro que se balancea ante mi llegada. Sin embargo no te rozo, solo estoy a unos milímetros de ti y no puedes hacer nada, solo notar mi calor. Apoyada en una mano contra la cama, acaricio con la otra mis pechos, redondos, bien formados y del tamaño justo. Los observas con deseo… Mis pezones se han oscurecido… se han erguido. No puedes apartar la mirada de mí. Puedo sentir tu deseo…

• ¡Qué tetas! - exclamas
• Calla y mira.

Mi mano izquierda sigue masajeando mis suaves pechos y la otra desciende marcando el contorno de mi cuerpo, y se adentra, sin prisa, acariciando, entre mis piernas. Empiezo a masturbarme sin dejar de mirarte a los ojos muy pegada a ti. Creo que puedes ver mi cara de placer. Escuchas mis quedos gemidos. Mmmmm. Lo estoy disfrutando de veras como siempre había soñado. Estoy muy húmeda... Unas gotas de mis jugos, se aventuran fuera de mi cuerpo, y sin el estorbo del vello empiezan a correr por la cara interna de mis muslos. Me siento cachondísima, pero necesito más. Bajo mi otra mano y mientras la diestra no deja de acariciar, dos dedos de la siniestra se introducen en mi sexo haciéndome estremecer. Mi respiración se está acelerando. Mi orgasmo está próximo. Esto es demasiado para ti, piensas que vas a reventar. Tu polla se tensa por momentos… Estoy cerca de correrme. De un rápido movimiento sitúo mis rodillas a ambos lados de tu cabeza y, apoyando mi mano en la pared, desciendo mi pelvis sobre tu boca, dejando que continúes el trabajito que sin rechistar acometes con total vehemencia. Tu lengua es una maravilla y para mí… es… la puntilla. No puedo más. Estallo en un increíble orgasmo mientras tú recoges todos mis flujos entre tus calientes labios. Tengo que sostenerme con las dos manos a la pared y adentrarme en ese placer del orgasmo hasta el infinito, mientras sigues devorando los pliegues de mis labios ardientes.

Me aparto de tu boca, repentinamente.

• Te has portado bien- digo con la respiración aun agitada- pero esto no ha hecho nada más que empezar.

Vuelvo a ponerme a tus pies y arrodillada abro la boca para introducirme nuevamente toda tu polla dentro de la boca. Seguramente no entiendes como me ha podido entrar por completo sin atragantarme. Ah… ese es uno de mis secretos mejor guardados. Extraigo esa verga cimbreante de mi garganta, lentamente, mirándote fijamente a los ojos. Dejando gran cantidad de saliva impregnada en toda su longitud. Te necesito bien lubricado para lo que te espera. Sitúo tu polla entre mis tetas y con mis manos las aprieto. Estas envuelto en mí. Con tu sexo firme bien situado en mi busto comienzo a subir y bajar. Entre la suavidad de mi piel, el calor de mi tacto, mis movimientos acompasados, la firmeza de mis pechos, la presión, el vaivén, no puedes contener un suspiro hondo de placer. Nunca te habían hecho algo así ¿verdad? Aun no te has recuperado de mi mamada y observo que vuelves a mostrar signos de un próximo orgasmo. Una última presión sobre mis tetas y me separo de ti. En tu cara se refleja lo que ya sé. Te estoy torturando con placer. Con mi dedo te digo no, no… aun no es tu momento y suelto una pequeña carcajada. Me sorprendo a mi misma por mi perversidad.

Rodeo la cama. Me acerco a una mesita en la que aun no habías reparado. Abro un cajón y saco un preservativo mirándote como una niña mala mientras lo desenvuelvo.

• Sexo sí, pero seguro… - añado.

Tú no lo sabes, pero es un preservativo especial. Última tecnología. Crema retardante para ti. Textura estriada para mí. Coloco el condón en la punta de tu pene y con la boca comienzo a desenrollarlo. No lo entiendes y me miras sorprendido. ¿Cómo puedo hacer eso con la boca? No hay tiempo para preguntas. Sostengo un momento entre mis dedos la dureza de ese miembro enhiesto. Lentamente me voy subiendo sobre ti hasta ubicar nuestros sexos frente a frente. Me pongo encima de ti y vuelvo a sonreírte mientras tú sigues alucinando. Muevo tu polla a lo largo de mi raja. Notas mi calor y mi humedad. Eso te pone impaciente y al tiempo a mi me pone más cachonda.

No te hago esperar más, creo que he sido ya demasiado torturadora del placer contigo. Ubico tu polla a la entrada de mi cueva y poco a poco noto cómo se va introduciendo en mi cuerpo. Ambos suspiramos de puro placer. Apoyo mis manos sobre tu torso desnudo. Comienzo a cabalgarte lentamente en un movimiento pélvico cadencioso. Qué gusto siento en mi interior. Me estas matando de placer y por tu cara creo que a ti te pasa exactamente igual.

Acelero el ritmo, suspirando, sacando de mi garganta los gemidos más salvajes.

• Dios, Dios, Dios.- repites suspirando.
• ¿Te gusta como lo hago?
• Joder siii, dame más, ¡cómo follas…!

No me hago de rogar. Ahora el ritmo es trepidante. Estas como loco, pero yo aun puedo mantenerme cuerda. El placer me embarga, pero aun tengo conciencia, para seguir manteniendo el control.

• Oooh… me voy a correr.-gritas.

Ni lo sueñes. Me levanto inmediatamente de ti. Mi mano va a tus huevos. Los aprieto con fuerza, sé que eso frenará irremediablemente el orgasmo.

• Aaaaaaahh. – vuelves a gritar, esta vez sorprendido y dolorido por mi apretón.
• Aun no es tu turno. - te susurro con mi boca pegada a tu oreja.

Vuelvo a notar en tu mirada el asombro por todo lo que te está sucediendo…

• Ahora te voy a soltar- te indico - pero te hago una advertencia. Me tienes que follar
hasta que me corra, ¿entendido? No puedes hacerlo tú antes que yo. Cada vez que note que te vas a correr y yo aun no esté satisfecha voy a darte un apretón como el de hace un momento. Tú mismo. ¿No te alegra el saber que la crema retardante te ayudará a evitar algún momento doloroso?- le digo con un tono mitad pícaro, mitad inocente.

• No sé quién coño eres, pero creo que estás loca.- afirmas.
• Es posible, pero nunca en tu vida habías disfrutado tanto.

Sabes que llevo razón y callas. No te queda otra… y además sabes que obedecer será también más grato para ti.

• Ahora, te voy a soltar las manos. Espero que no tenga que arrepentirme de hacerlo, porque las consecuencias serán peores.

Lo digo, pero además convencida de que tengo razón. Nada más soltarte pones tus manos sobre mis tetas. Sabía que estabas loco por acariciarlas.

• ¡Quieto! – te ordeno.

Agarro tu mano, ayudándote a levantarte de la cama. Aun estás algo aturdido, sin embargo tu polla está en su plenitud… mmmm, me encanta.

Me pongo a los pies de la cama, apoyando mis manos en el borde y dejando mi culo en pompa, algo que interpretas enseguida, agarrándote a mis caderas y aproximando tu sexo al mío.

• ¡Vamos, fóllame! – vuelvo a ordenarte.

Como un corderito, me insertas tu endiablada verga por completo en mi chochito, haciéndome suspirar de placer. Me siento completamente llena de ti en esa postura… y más cuando tú también gimes cada vez que me penetras. Sentirme así es estar en la gloria. Tus manos dejan mis caderas para volver a agarrar mis pechos que se balancean como campanas en esa postura. Esta vez no te digo nada, porque sentirme así, follada por ti mientras pellizcas mis pezones, es asombroso. Siento los pliegues de tu polla en el interior de mi vagina que se adapta como un guante.

Vuelvo a notar tu respiración demasiado acelerada, por lo que me incorporo y me giro ubicándome frente a ti.

• No, no, no… - te repito al tiempo que hago bailar mi dedo índice frente a tus ojos. – hemos dicho, que nada de correrse.
• No puedo… - contestas lastimoso.
• Pues antes, tienes que conseguir que me corra yo. ¿Entendido?

Esta vez, eres tú el que toma la iniciativa y te veo tan lanzado que no te lo impido. De modo que me dejo empujar por ti, hasta llegar al quicio de la ventana. Allí depositas mi culo, quedando tu polla justamente a la altura de mi sexo. Me penetras de golpe.

• ¿Es esto lo que te gusta, puta? – te atreves a decir.

No puedo contradecirte, pues tus acometidas son brutales y tus palabras bien ciertas, estás consiguiendo excitarme con tu comportamiento salvaje. Supongo que nos ven follar desde la calle y observarán mi espalda desnuda chocando contra el cristal. ¿Puede haber algo más cachondo y loco?

Como me gusta verte, sentirte por completo y ver desaparecer tu preciosa polla en mi interior. Nos besamos, mezclando nuestras lenguas, y abriendo los ojos alternativamente para observar nuestras miradas de excitación.

• Así me gusta, cabrón, así me gusta… ver cómo me follas… - te digo mordiéndote el labio inferior.
• Sabía que iba a enloquecer, zorrita.

Tus movimientos son cada vez más frenéticos y esta vez soy yo la que está cerca del orgasmo que se precipita velozmente cuando pegas tu boca a mi oído y siento como suspiras y jadeas tan cachondo, repitiéndome esas obscenidades que tanto me calientan, eso provoca que todo mi cuerpo se sienta pleno. Me agarro arañando a tu espalda y apretando mis pantorrillas contra tus caderas, al tiempo que grito de placer. Me corro convulsionando mi espalda y aferrada con mis manos a tus brazos.

Apenas te queda tiempo para reaccionar, solo sorber mis pezones, morder mi cuello y besar mi boca furiosamente. Cierro los ojos, sin que se despeje ni un momento de mi interior todo un río de sensaciones celestiales. Noto como tu cuerpo entra en el trance de nuevo, pero esta vez no te voy a cortar, dejaré que tu corrida salga con ímpetu… y así es… apenas unos segundos después tu cara se asienta en mi pecho, tu polla se mete en lo más profundo de mi cuerpo para sentir como se hincha. De pronto te sales de mí y me quedo allí sentada sin entender, hasta que te sacas el preservativo, para volver a pegar tu miembro apoyado sobre mi pubis que acariciado por mi húmeda rajita provoca que múltiples chorros salgan disparados como fuegos artificiales y en cada uno sueltas un gemido profundo. Las primeras gotas llegan hasta mi barbilla, otro chorro sobre mis tetas y varios lanzamientos más sobre mi ombligo, sobre mi brazo…

Quedamos exhaustos, abrazados sobre ese ventanal y recuperando el aliento de un polvo increíble.

Después de estar callados durante unos minutos y de besarnos en señal de agradecimiento… te sonrío.

• Imaginaba que te ibas a portar como un campeón.- te digo al oído.
• Pero ¿quién eres? – preguntas intrigado mirándome fijamente a los ojos.
• Qué importa eso… - añado.

Sin tiempo a que puedas reaccionar desaparezco de la habitación del hotel, sin poder decirte que en realidad trabajo para una agencia de detectives privados contratada por tu mujer para investigarte. Creo que ha valido la pena hacerte el seguimiento, aunque no estoy muy segura sí podré decir toda la verdad. Prefiero quedarme con mi premio… que sin duda me has regalado de forma genial y al que espero poder acceder nuevamente algún día...

Ana & Lydia

26 comentarios:

rosspark dijo...

Ana,Lydia: hacéis un equipo genial. Este es primer relato que leo en este blog, y no hay nada que me guste más que comenzar leyendo algo que te engancha desde el principio mientras te vas excitando más y más con lo que estás leyendo...seguid así

Pablete dijo...

Esto no se puede leer un lunes por la mañana en la oficina....cuatro tripazos contra la pared que me he tenido que pegar....jajajajajaja

Me ha gustado....

Un besote a las dos...

Te susurraré... dijo...

Mmm, me ha gustado.

Él empieza indefenso, le va cogiendo el gustillo y acaba volviéndote loca.

Por cierto, si todas las agencias de detectives investigaran así, cualquiera estaría encantado de que le hicieran un seguimiento. Jajaja.

Belén dijo...

Buen tándem si señor!

Besicos

© Capri dijo...



Que bueno este relato, lleno de morbo, de intriga.
Me encatanta como describes la situacion, esas pausas, ese silencio. El no saber, simplente que el disfrute del momento
Veo que la detective se ha esforzado mucho en su "trabajo".. no sé yo, si tendrá que hacerle mas seguimientos.

Y es que a veces ... la vida te da sorpresas

Un beso

La brisa de la noche dijo...

una buena maner de pasar el tiempo...

Etèria dijo...

Niñas una historia genial y muy pero que muy sexy con un final tremendamente sorprendente... Y sinceramente, tal vez se ha cargado su matrimonio pero merecio la pena fijo.

Besines

Anónimo dijo...

Hola Lydia,
Un relato muy bueno. Engancha. Me gusta todo el elenco de palabras clave y frases como puntita, rajita, etc.
Dominas el arte del relato erótico, no hay duda. Sí, incluso el final es curioso. Me recuerda a las películas de suspense, cuando, al final, el menos sospechoso es el autor de los hechos.
Un saludo

El Octavo Pasajero dijo...

Qué bueno!!!! mereció la pena la espera!!! no pierdas (perdais) la inspiración

Besos

Paris dijo...

Delicioso relato y cada perversidad que ocurrió en él

...la verdad se me antojo tremendamente la situación

Un beso

Anónimo dijo...

Gran relato. Esta claro que haceis un buen tandem.

Eco dijo...

Ufffffffff peazo de relato !!! madre mia, yo estaba leyendo y cada vez que deciais no te corras... yo paraba xDDD queria leerlo hasta el final (K)

El Company de Venus dijo...

Aún no salgo de mi asomo. Fantástico es poco. Y a estas horas, por Dios. Que bochorno!

CalidaSirena dijo...

Wooouuuuuu....Me encantaaaa...Lo habéis descrito genial..
Enhorabuena..
Un beso muy cálido

Amante del mar dijo...

Así se hace...impresionantes avances dejando al descubierto toda una hembra que sabe hacer gozar como ninguna...

dos y dos dijo...

Ummm, yo tambien quiero un detective de esos.
Un relato genial!

WHO dijo...

Que dura es la vida de las detectives, lo que tienen que hacer por sus clientes, ay que penita.............
Gran relato, si señor, me ha gustado mucho esa mezcla de cinismo, dominación, abandono a los propios deseos, sudor y lubricidad.
Un beso a las dos, Who.

Real Fenix dijo...

Uff que tortura mujer!!!!!!!!!!!!

realmente exquisita....besos

Palabrasalbapor dijo...

Me lo he leído dos veces. Tremendo.

Un beso a las dos.

Anónimo dijo...

Y así, tal y como lo habeis escrito y descrito, sólo puedo decir: ¡¡¡¡"pedazo' polvo"!!!!! Lo demás son tonterías.

¡Fantástico!

Besos. :) Reina

Manolo Blog dijo...

Me ha encantado... salvo la parte en la que frenabas el deseo de tu partner (retorciendo sus blandas y, por otro lado, sensibles gónadas)

Lydia, o Ana: ¿no hay otra forma de detener el torrente ;-)? Espero ansioso tu respuesta...

Nostromo dijo...

Me ha parecido un relato muy sugerente. Interesante desde el principio hasta el final. Un buen detective debe verificar los datos por si mismo, por supuesto. ;-)

Anónimo dijo...

Joder qué intensidad, descripcion minuciosa... ritmo endiablado.

A tus PIES.

Anónimo dijo...

Joder qué intensidad, descripcion minuciosa... ritmo endiablado.

A tus PIES.

Nadia dijo...

Quiero que me pongan un detective privado ¡ya!

Ja, ja, ja

Besos

Juan dijo...

Increible como lo has descrito. Es dificil expresarse de esa forma, genial. Un besazo.

Subscribe to RSS Feed Follow me on Twitter!