martes, 12 de agosto de 2008


Por Lydia & Diego

Debido a que la oficina inauguraba una nueva planta, al jefe se le había ocurrido la feliz idea de hacer una fiesta de disfraces para celebrarlo. Diego, mi compañero de al lado de mi mesa y yo estuvimos hablando qué disfraz original podíamos buscar para la ocasión.

Una de mis mayores fantasías es la de jugar a médicos… como cuando éramos niños y ahora me lanzo con Lydia, mi compañera, retándola a que acuda a la fiesta vestida de forma atrevida.

- ¿Sabes Lydia? No sé si te gustaría, pero siempre he tenido ganas de disfrazarme de algo especial, es como una especie de fantasía.

- ¿Ah sí? ¿De qué? – le pregunto sabiendo que sería alguna de sus salidas.

- Yo de médico y tú de enfermera sexy.

- No me lo puedo creer Diego… esa es también una de mis fantasías.

- ¿En serio Lydia? ¿Te imaginas poderlo hacerlo para la fiesta?

- Sí, sí, que me lo imagino... Los dos jugando a médicos... ¿cómo se te ocurrió? – le pregunto mientras sonrie de oreja a oreja.

- Pues quisiera que cures mis males... Ya te imagino… una rubia preciosa que viene con su uniforme de enfermera, pero con la falda muy cortita y con unas tanguitas que se dejan ver cuando te agachas... Solo esa imagen ya curaría muchos de mis males.

- Sí, la verdad es que suena bien eso de una enfermera y un doctor... ¿y que llevarás tú debajo de la bata de médico?

- Nada… absolutamente nada, claro.

- Mmmm, me gusta, yo seré tu enfermera sexy entonces.

- Pues está comenzando a darme taquicardia y probablemente necesite respiración de boca a boca...

- Bueno, para eso está tu enfermera particular…


Al día siguiente Lydia aparece vestida de forma arrebatadora, como había prometido… con una batita cortísima de enfermera, que no pasa inadvertido a nadie, con sus largas piernas asomando y unos zapatos de plataforma.

Al ver a Diego y su cara de asombro me excito pensando que se está poniendo cachondo tan solo por verme. Esta guapísimo con su bata blanca… me acerco a él para darle un par de besos y preguntarle si lleva algo debajo.

- Nada… soy un hombre de palabra pero compruébalo por ti misma. – la contesto pegándome a ella para que note el bulto que se estaba formando bajo mi bata.

- Ya lo noto… ya… ¿Cómo van las taquicardias?

- Mal, enfermera mía, muy mal. Estoy malísimo.

- Bueno, pues entonces vayamos a la consulta y así estaremos más relajados…

Lydia me da la mano y me lleva hasta uno de los despachos vacíos… un lugar donde sin duda podríamos llevar a la realidad nuestra fantasía

- Lo mejor es un tratamiento de choque. Para empezar vaya tumbándose sobre la camilla, hoy voy a ser yo su doctora.

Me tumbo en la camilla como ella me pide y solo veo una sombra borrosa y unas hermosas piernas...

Le tomo el pulso con mis manos temblorosas, pues la situación es de lo más excitante… No me creo que Diego y yo estemos jugando a esto. Su corazón también va acelerado y sus ojos van de mi escote a mis piernas… Ya sabía yo que esta batita iba a causar furor.

Mi pene va creciendo y noto que ella lo descubre. No me da vergüenza, trato de mover un poco la bata para que se vea mejor. Ella se inclina hacia delante y logro sentir el olor de tu piel.

Es increíble la manera de crecer esa cosa bajo la bata... Me acerco a él, momento que aprovecha para meter sus dedos bajo mi corta bata de enfermera y acaricia suavemente mis muslos por detrás. Estoy muy caliente, acabo de tener una sesión de sexo telefónico con mi novio y me quedé empapadita, hasta tener que quitarme las braguitas. Ahora mi doctor-paciente va a descubrir que bajo mi prenda blanca no llevo nada.

Veo que mi enfermera no me lo impide, así que subo un poco mi mano y logro rozar su culo; debe llevar una tanguita diminuta, pues no logro topar sus bragas. Escucho un ligero gemido y siento que su mano se desliza bajo mi bata. Estoy a mil y estoy siendo correspondido. Estoy a punto de subir más mi mano, pero alguien toca la puerta y debemos parar en seco. Espero que quien esté al lado de la puerta salga rápido. Solo es la señora de la limpieza, que entra al baño y saca la basura. Se vuelve a cerrar la puerta... Menos mal que estábamos tras un biombo y no parece habernos visto.

Me está tocando el culo... sí, lo está haciendo... pero me gusta, como lo hace, con esa timidez, ligeramente, nunca antes lo había hecho y esta broma que empezó como tal está acabando de otra manera bien diferente... Me gusta su forma de acariciarme el culo y pronto adivinará que no llevo nada debajo... ¿Se atreverá a comprobarlo por sí mismo?

Me asombra que mi preciosa enfermera no diga nada. Esperaba que se molestara, pero no fue así y eso me encanta. Este juego nos seduce a los dos. Voy a bajar un poco la mano, quiero topar su rajita, comienzo a bajar y no hay resistencia. Todos mis males han desaparecido, ella toca ligeramente mi pierna. Estoy llegando a su rajita. ¡No trae braguitas! ¿Qué habrá estado haciendo?... Su coño está húmedo. Ella sube su mano por debajo de mi bata también. ¿Llegará a tocar mi polla?

Me está tocando en la rajita... mmmm, que gustito, me siento en la gloria... cuantas veces había soñado este momento con Diego... Retiro su bata, pues noto que un bulto está haciéndose sitio, y al abrir la bata, noto una polla que está a punto de reventar. ¡Dios… es preciosa, tal y como me había imaginado! Miro a ambos lados, como si alguien nos pudiera estar observando. Y de hecho si algún compañero abriese la puerta, como segundos antes hiciera la señora de la limpieza, no sé como podríamos salir de esta. Me agacho frente a ese miembro duro, lo agarro por la base. Miro a los ojos vidriosos de mi doctor y a continuación me meto ese precioso obelisco en mi boca.

Siento que voy a reventar. Sabe hacerlo. ¡Qué manera de chupar!… He logrado, con algo de dificultad abrir su uniforme y tocar sus pechos. Están paraditos y ricos. Vuelvo a bajar a su rajita. Estoy a punto de llegar. Tengo que detenerla, porque me está mamando de maravilla. Logro incorporarme y ahora la invito a que se acueste ella en la camilla. Le abro las piernas y veo su rajita esplendorosa. Está pidiendo a gritos que la chupe, lo noto en su mirada… y voy a hacerlo. Cuanto tiempo había esperado este momento.

Diego comienza a chuparme ahí abajo y creo que me voy a morir de gusto y es que sabe emplear la lengua como nadie, esmerándose en cada rincón, chupando, lamiendo, besando y hasta mordiendo... es increíble que manejo de esa boca en mi chochito que está ardiendo... allí permanezco tumbada recibiendo sus maravillas y yo acariciando su pelo en señal de agradecimiento.

Es, sin dudas el mejor sexo que estoy teniendo en mucho tiempo... No podemos gemir mucho, pues puede entrar alguien, pero no pienso ya en eso... Ella está muy caliente… se le nota en esos pezones que quieren salirse de su escote. Me pide que me siente al borde de la camilla, porque quiere ponerse encima de mí. Lo hace… Mi enfermera se sube sobre mi polla y empiezo a penetrarla; es increíble...

Siento que me ha taladrado, me siento llena con su miembro en mi interior, lo que tantas veces había soñado… Nos besamos y no paro de cabalgar sobre su cuerpo… las respectivas batas abiertas dejan a la vista nuestros sudorosos cuerpos, el placer nos invade.

Se mueve como una loca... Creo que me voy a venir rápido, parece que ella también se viene... que polvo… que polvo…

Comienzo a ver las estrellas, estoy muy excitada y él también... jadeamos sin importarnos nada más que nosotros dos… algo que nos va a llevar a tener un orgasmo casi a la vez... nos apoyamos uno sobre el otro sintiéndonos por entero, sin dejar de mover nuestras pelvis, uniendo nuestros sexos sin cesar... que se unen desesperadamente.

Le chupo sus pezones, lamo sus labios y topo su culo, me voy a venir... le digo a ella, pero está tan excitada que no me dice nada. No pienso sacar mi miembro... ¿Me dejará terminar dentro de ella?

Se corre dentro de mí, sí, sí.... lo noto, como me impacta una y otra vez en mi interior y yo estoy teniendo un orgasmo maravilloso mientras sigue perforándome sin cesar... ahhh que gusto…

Siento también su orgasmo, me muerde suavemente los labios y rasguña mi espalda. Lejos de sentir dolor me excita más... Que bueno... Mi preciosa enfermera me sonríe tras este juego loco.

Ha sido una pasada... una sensación extraña pero que ambos estábamos deseando realizar... nos quedamos unidos por nuestros sexos… sin dejar de mirarnos a los ojos… no hace falta decir nada, pero sabemos que este juego es solo el principio.

Lydia & Diego

14 comentarios:

AliaS dijo...

mmm felicitaciones deliciosa Lydia x esta húmeda historia! ha qedado buena escrita a 4 manos, tanto q me pusieron arriba apenas empezado el día de solo leerla. excitante encuentro q dan ganas de tenerte como enfermera sabés?
besos linda
f

El inmenso mar de la melancolia dijo...

ufff, esta historia queda en mis recuerdos cuando jugaba con mi prima, ahora lo vuelvo a revivir, me encanta la lencerìa, bragas y todo lo que atañe a las damas, esa prendas conjugadas con tus palabras: Es como decir erotismo delicioso.
Guaoooo¡¡¡
Me encanto, preciosa.
Besos y nuevamente, gracias por tu visita

Patricia dijo...

ufffffff qué mala estoy... ¡¡necesito un médico!! jajajajajja

buenísimo... creo que es una fantasía que tenemos todos (al menos yo, lo reconozco)

Genial relato!
Besos

Pilar Cita dijo...

¡Felicidades Lydia ... y Diego! Es una fantasía común, pero muy bien narrada desde el punto de vista de ambos. Excitante por partida doble.

Besos fantásticos ...

BadObsession dijo...

un gran aplauso .... que sepais que yo estaba mirando detrás del biombo ...

Su dijo...

madre mía la que necesita un médico después de leer esto soy yo..tengo taquicardías y una envidia que me muero,,jajaja..

Felicidades Lydia y Diego..habeis conseguido con vuestras letras transportarnos a esa oficina..

Besitos dulces..

Anónimo dijo...

Como no podía ser de otra forma me trajo hasta aqui tu invitación a tus fantasías...
Que buena y muyyyy real te lo dice una Kinesióloga que de historias de hospital tiene mucha tela pa' cortar...
Muy buen post.
Te invito a que leas uno mio:
http://www.cvoyeur.com/blog/200707/888-un-dia-agotador.html#comentarios

Besiss
Angel

La Mary Venusina dijo...

Como simpre un placer leerte!! Me encantó! Muy bueno!

Besos

Puta Inocencia dijo...

Plas, plas,plas. Diosssss que relato tan divertido, lleno de humor, pero supererótico, sensual y muy calienteeee

Me encantó!!

Besos guapa

Clip dijo...

Menuda fantasía, creo que a todos nos gustaría ser médicos, enfermos si hay enfermeras así.
Un saludo !!

Nymph dijo...

Sugerente fantasía. Me ha encantado. Y el hecho de poder ser descubiertos aumenta la tensión.. ufff..

Yedra dijo...

Si es que por algo siempre ya desde pequeños nos gusta lo de los médicos y enfermeras. Qué calentón! Qué pasada. Solo espero que me toque pronto en el trabajo una fiesta de disfraces. Aunque mi compi... no se si dará el mismo juego, jajaja se llama Ramona y tiene 63 años, jajaja. Noooo es broma
Un beso
Yedra

almadeangel dijo...

Y porque en mis fiestas nunca hay un medico de esos?La proxima vez lo busco,quiero ser atentiada de igual manera
muakusss

Jesus Dominguez dijo...

Bueno... bueno... pues... me voy a dar una ducha.

Un saludo

Jesús Domínguez

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